Acercamiento a la poesía de José Asunción Silva a León de Greiff



Fabián Prada Naranjo 


León de Greiff y José Asunción Silva son poetas colombianos nacidos en grandes ciudades en épocas distintas, pero seguidas. Es así como José Asunción Silva es un poeta que tiene auge en el contexto modernista, cuando hay necesidad de describir y criticar las novedades que en las ciudades suceden y que empiezan a dejar a un lado el lado natural y ordinario de los días cotidianos. León de Greiff se convierte en referente histórico de la poesía colombiana por su extensa y exquisita obra y por ser un principal exponente del vanguardismo latinoamericano con el grupo que lideró Los panidas.

No obstante, hay quienes aseveran que encasillar a León de Greiff en algún “ismo” es una visión cerrada para clasificar su compleja obra. Como lo dice Carmen Luna Sellés en su ensayo León de Greiff: “¡Ni soy lo que ellos dicen…ni en lo que soy estoy!”:

Desde que Guillermo de Torre (1965) en su Historia de las literaturas de vanguardia y Anderson Imbert (1961) en Historia de la literatura hispanoamericana le aplicaron de forma excesivamente rígida el marbete de vanguardista1, este siguió siendo utilizado durante mucho tiempo de forma mecánica, sin ninguna atenta y crítica mirada de su compleja obra. (2010, P. 268)

Es así como señala que hay una mirada desatenta y rigurosa a la obra compleja del poeta colombiano León de Greiff. Pero no es la única persona en hacerlo. Rafael Maya también concuerda con esta opinión así:

Todavía era la época de grandes campañas literarias de resonancia continental. El país pobre aún y confiado en las solas fuerzas intelectuales, asistía ávidamente al espectáculo, donde los caballeros de penacho se herían en el alma por un verso incorrecto. Reinaba una gran preocupación por lo que se llamó “la forma literaria”, sobre todo en poesía, y el verso debía tener la precisión escolar de una cartilla. (ALAPE, 1995, P. 79)

Con esta precisión Rafael Maya defiende la maravillosa y armoniosa manera de escribir de León de Greiff. Y contextualiza la época literaria de Colombia, donde se vive un modernismo tardío y aún los intelectuales de la escritura pretenden clasificar con sus teorías lo que no entienden, lo que está fuera del alcance de sus banales mentes.


Pero además de este banalismo literario que se vive en la época de inicios del siglo XX, en Antioquia y otras ciudades colombianas como Bogotá están en proceso de industrialización. Las máquinas plagan las grandes ciudades con la promesa de desarrollo y progreso. El asfalto, los ferrocarriles, las industrias, los buques a vapor entierran los caminos empedrados, abren surcos entre el Magdalena y trazan linderos por las fieras selvas colombianas, ignotas algunas aún. Las compañías mineras no cesan de trabajar, al contrario se hacen más fuertes y sus propietarios echan mano del poder político para agrandar sus arcas económicas. Curiosamente una de esas familias es, precisamente, la de los De Greiff. (1995, P. 65)

Paralelamente, León de Greiff promueve un importante desarrollo del vanguardismo. De hecho, gracias a su vasta obra los inconformes poetas contemporáneos se animaron a seguir la senda que surca León de Greiff superando las expectativas de los modernistas, que ya atisban en sus últimas creaciones literarias suspiros nuevos de vanguardismo. En el caso de Colombia se presenta con José Asunción Silva. No porque este poeta bogotano inicia el vanguardismo sino porque su poesía expresa un deseo de sobrepasar los límites de una época. José Asunción Silva es conocido por su tendencia modernista, de los poetas  más representativos en este movimiento, aunque no se deja clasificar fácilmente, según nos lo expresa Mancini :

La poesía de José Asunción Silva escapa, como toda otra poesía, a una clasificación. Uno se sentiría inducido a aproximarse a ella mediante una serie de negaciones, mostrando cómo las solicitaciones románticas se resuelven en actitudes espirituales más modernas o cómo las tentaciones de un modernismo excesivamente inminente se transforman en vibraciones de una inusitada intimidad. (1961, P. 613)

Tampoco la crítica se atreve a clasificar en algún movimiento a este poeta de la Capital colombiana. De épocas distintas, tanto José Asunción Silva como León de Greiff tienen una conexión en la frontera entre el inconformismo de la cotidianidad, las referencias clasificatorias del modernismo y el inicio de una propuesta literaria libre de encasillamientos y más propensa a lo nuevo.

El texto acentúa lo ilógico, la ensoñación demencial, un voluntario obnubilarse para transgredir los límites de la percepción normal, superar la insuficiencia de lo real verificable y, mediante el imperio de la fantasía omnímoda, por la alquimia del verbo y el desarreglo de los sentidos, a través del vértigo poético, alcanzar la trascendencia. (YURKIEVICH, 1976, P. 57)

Cuando Saúl Yurkievich hace esta descripción lo hace a partir de un poema de Leopoldo Lugones llamado las montañas de oro.  Precisamente a partir de este poema describe la pericia trascendental que ya atisban los poetas modernistas de la época y sugiere la necesidad de una nueva manera de hacer poesía. Que se traduce en nuevos hombre con alma nueva y que rompan los esquemas rígidos y rectos que no hablan de la realidad viva sino de la realidad intelectual. Tal como describe la poesía Jaime García Maffla “la poesía es la misma alma del hombre”(2000, P. 7).

Es así como se hace más fina la frontera entre el modernismo de José Asunción Silva y el vanguardismo a partir de León de Greiff. “…anticipa los rasgos más característicos del estilo de Lugones y aquellas innovaciones lo convierten en nexo entre el modernismo y la vanguardia” (1976. P. 77)

Pero es a través de los poemas que se puede observar esa conexión entre los dos poetas colombianos. A continuación solamente algunos. Uno de ellos es Nocturno. Tanto en José A. Silva como en León de Greiff se presenta este título y poema. Pero no es casualidad, es una intencional maravilla, un estupendo poema en Silva que musicaliza y da esplendor León de Greiff, para ofrecernos otra propuesta diferente.

Nocturno I

A veces, cuando en alta noche tranquila,
Sobre las teclas vuela tu mano blanca,
Como una mariposa sobre una lila
Y al teclado sonoro notas arranca,
Cruzando del espacio la negra sombra
Filtran por la ventana rayos de luna,
Que trazan luces largas sobre la alfombra,
Y en alas de las notas a otros lugares,
Vuelan mis pensamientos, cruzan los mares,
Y en gótico castillo donde en las piedras
Musgosas por los siglos, crecen las yedras,
Puestos de codos ambos en tu ventana
Miramos en las sombras morir el día
Y subir de los valles la noche umbría
Y soy tu paje rubio, mi castellana,
Y cuando en los espacios la noche cierra,
El fuego de tu estancia los muebles dora,
Y los dos nos miramos y sonreímos
Mientras que el viento afuera suspira y llora!
....................................................................
¡Cómo tendéis las alas, ensueños vanos,
cuando sobre las teclas vuelan tus manos!
(SILVA)

La ensoñación en su esplendor. De manera tenue, pero metaforizada, José Asunción Silva describe la noche: misteriosa, coqueta, que sugiere un compás musical. La relación de la noche con la figura femenina es evidente, sin mencionar alguna mujer, sin hacerlo, pero confunde así al lector distraído. La descripción de la pose de la noche se convierte en un ritual especial. Y guarda relación con Nocturno Nº 2 de León de Greiff en esa insinuación a la noche como figura femenina, sensual, quimera que seduce que conquista y atrapa.

Juego mi vida, oh Noche, contra el abrazo perenne
de tu cuerpo moreno y felino, fogoso
o hecho ascuas de nieve!
Contra tu abrazo, oh Noche, Oh Sheherazada!
oh tú, Sacerdotisa de las íntimas lides,
de los ritos secretos!

Me extenúen tus besos profundos!
Me extinga entre tus brazos de terciopelo!
En tu seno aromoso me sepulte!
y naufrague en tus ojos de sombra y de lascivia y de misterio!
(DE GREIFF)

Los dos poemas nos ofrecen características similares: la noche como figura femenina, escritos en prosa, en ambos la noche es misteriosa y seduce. No obstante, José A. Silva es sutil y sugerente y por eso se hace menos evidente la noche como figura femenina. Con León de Greiff, en las dos últimas estrofas es eufórico, efusivo. Se atreve no a sugerir sino a proponer sin miramientos, una noche llena de misterio “de tu cuerpo moreno y felino”, una noche que seduce y envuelve y sofoca  “y naufrague en tus ojos de sombra y de lascivia y de misterio”. Pero también a través de todo el poema nos ofrece algo más, tiene la perfecta forma de mofarse de las deidades que la lírica exalta y describe. Otra característica que le agrega León de Greiff a su poema es tener una estrofa a manera de coro, como se halla en las comedias griegas.

Juego mi vida!
La llevo perdida
sin remedio…!
Bien poco valía!

Esta alusión reiterada se halla en el mismo artilugio de musicalizar el poema. Y hace referencia al poema del relato de Sergio Stepansky, él mismo le hace variaciones, para usarlo a su manera en este otro poema.

Con toda libertad y sin censura hace lo que ya propone desde su primera obra tergiversaciones (1925): burlarse de todo. Se burla de la ciudad, se burla de los intelectuales, se burla de los dioses. Y este aspecto crítico también lo comparte con Silva. El poema Un poema, de Silva, configura una historia de cómo construye el yo poético un poema, que tiene la ayuda de el soneto rey y que finalmente hizo su poema bien. Pero luego “Le mostré mi poema a un crítico estupendo.../Y lo leyó seis veces y me dijo... ¡No entiendo!”. De esta manera hace burla de los intelectuales de la época modernista, de los críticos que no reconocen otra forma en la obra que no sea en formatos aritméticos y matemáticos.

Pero los modernistas consideran al mundo deforme y deformante, y buscan darle forma a través de la poesía y en esa búsqueda y a través de los años descubren que no es suficiente reconocer lo moderno en la ciudad sino usar un lenguaje más, si no técnico, elaborado.

Su empeño en utilizar todos los vocablos de la lengua no es sólo exhibicionismo culterano o virtuosismo técnico; es también fruición verbal, eros lingüístico; las palabras producen un placer sensual como el que despiertan los colores en un pintor o los sonidos en un músico. Lugones añade a las materias preciosas de la utilería palaciega, otras completamente inusuales en poesía: minerales, sustancias orgánicas, fármacos, productos químicos, industriales, materiales sintéticos. (1961, P. 72)[1]

Es así como Silva se asoma a este lenguaje con el toque de burlesco que ya es más notable en León de Greiff. Por ejemplo en Silva con el poema el mal del siglo o en zospermos, además intenta darle una sonoridad más notoria a su obra en el trasncuros de los años, como en Los maderos de San Juan, que ya atisba una propuesta sonora precisa, usa las palabras a la manera de sonidos instrumentales, usa las palabras como parte de la forma sin dejar de lado su contenido. En León de Greiff es reiterativa la creación poética musical. De hecho, León de Greiff es un poeta esencialmente musical.

También se encuentra otro acercamiento que hace el modernismo hacia el vanguardismo en el uso de la metáfora. Este recurso literario se halla presente reiteradamente en León de Greiff. Aunque Silva trabaja un lenguaje más sencillo y entendible, también da cabida a metaforizar en sus poemas.

La metaforización a ultranza conduce a la autonomía poética, al corte de toda sujeción a lo real externo, a la casualidad y a la verosimilitud convencional; lleva a la liberación imaginativa, a una poesía tal como la concebirá Vicente Huidobro sujeta sólo a su propio ordenamiento. (1961, P.71)

Es así como León de Greiff logra perfectamente esta característica. Se sujeta solamente a las palabras que gozan con la música de su alma para configurar un concierto de versos insondables, incapaz ser ordinario de entenderlos. Así por musicalizar las metáforas acerca de la vida banal muchos señalan de ininteligible a León de Greiff. Y quizás sea así. Pues su poesía propone nuevos lenguajes, de acuerdo con la musicalidad y con la necesidad de expresar el alma. A León de Greiff le “vienen las palabras de un lugar situado en el tiempo de los relojes y van a algún paraje de lo eterno, por lo que, a diferencia de la conversación, no las usa sino que se hace uno con su ser” (2000, P. 9).

Entonces, se juzga de ininteligible a León de Greiff. Unos dicen que se debe a que es un “desterrado de nacimiento” y que sus palabras usadas son esnobismos. Pero esta opinión obedece a interpretaciones superficiales de su obra.

Su obra ha preocupado a críticos y estudiosos, a pesar de la injusta fama de ininteligibilidad y hermetismo concedidos por una crítica superficial. Al final de su vida, su obra fue debidamente valorada y su persona querida y apreciada, como lo atestiguan las muestras de cariño que le prodigó el pueblo colombiano el doloroso día de su muerte. (MANTECÓN, 1992, P.422)


A vísperas de una “revolución literaria”, Yukeivich advierte que otra manifestación tardía del modernismo es el impresionismo pictórico y musical en la obra poética. Así:

…nexo estructurador de la estrofa, aquél que establece el parentesco fónico entre los versos. El impresionismo pictórico y musical confluyen con el versolibrismo para provocar la disolución de las formas rígidas. (1961, P. 74)

Como lo enuncio anteriormente, José A. Silva se asoma con avidez al cumplimiento de esta característica, pero conserva su postura modernista. En León de Greiff se propone una musicalidad arrasadora, todo es musica, incluso la propuesta estructural de muchos de sus poemas se relacionan estrechamente con la estructura de las notas musicales en el pentagrama. La musicalidad que presenta en poemas como en el libro de las baladas de Tergiversaciones:

La luna estaba lela
y los búhos decían la trova paralela!
La luna estaba lela,
lela,
en el lelo jardín del aquelarre.

Y los búhos decían su trova,
y arre, arre,
decían a su escoba
las brujas del aquelarre...

En el jardín los árboles eran rectos, retóricos,
las avenidas rectas, los estanques retóricos...
retóricos,
y en fila los búhos, rectos, retóricos, retóricos...


La musicalidad propuesta en estos poemas es la constante en el uso de la aliteración. Se da al usar reiteradamente la “ele” “la luna-lela-paralela-lela-lela”. Orta aliteración está en “aquelarre-trova-arre-arre-brujas-aquelarre”. Estas aliteraciones dan fluidez y musicalidad al poema y aunque no parezca útil la palabra, en realidad su función está más ligada a la forma y al deleite del oído.

Por último cabe mencionar que el mismo de Greiff confiesa jocosamente que escribe acerca de nada. No por referirse a que es inútil su escritura, sino que escribe de lo banal, para gentes intonsas, de la ciudad que no ofrece nada. Su poesía en general es nostálgica y burlesca. Pero que se vale de artificios únicos para lograr llamar la atención y ser tan querido por todo el pueblo colombiano. Pues “su poesía es un largo monólogo interior, una confesión pascaliana en que nos habla del perpetuo hastío y de la nada terrena.” (1995, P. 85) León de Greiff escribió muchos poemas y según él mismo alrededor de nada. Despreció el mundo como cosa banal, la vida como cosa banal y las cosas cotidianas como banalidad. Es León de Greiff continuador y el encargado de darle esplendor a los susurros del modernista José Asunción Silva. Silva discreto susurra momentos, León de Greiff embiste con su esplendor y juntos marcan una historia poética en Colombia que traza sendas gloriosas que se podrán retomar en cualquier generación. El objeto de estos dos poetas era la banalidad de la vida de ese presente: la industria y toda su maquinaria, la gente y todas sus ostentosas ciencias y teorías. La muerte, el amor y la noche se funden en la expresión más perfecta de la literatura con estos dos poetas, que por osados de realidad, perennes e irrepetibles.



Bibliografía

ALAPE, Arturo. Valoración múltiple sobre León de Greiff. Bogotá. Ediciones Fundación Universidad Central, 1995.
ARCINIEGAS, Germán. De Valoración múltiple sobre León de Greiff: Sobre León de Greiff. Bogotá. Ediciones Fundación Universidad Central, 1995. Páginas 65-78.
DE GREIFF, León. Obra poética. Caracas. Biblioteca Ayacucho, 1993.
GARCÍA, Jaime. ¿Qué es la poesía? Bogotá. CEJA, 2001.
MANTECÓN, Benjamín. León de Greif: El tema del amor. Centro Virtual Cervantes. En la web en: http://cvc.cervantes.es/literatura/cauce/pdf/cau ce14-15/cauce14-15_25.pdf
MAYA, Rafael. De Valoración múltiple sobre León de Greiff: León de Greiff. Bogotá. Ediciones Fundación Universidad Central, 1995. Páginas 79-84.
YURKIEVICH, Saúl. Celebración del modernismo. Barcelona. Tusquets Editor, 1976.
MANCINI, Guido. Notas marginales a las poesías líricas De José Asunción Silva. Centro virtual cervantes. 1961, P. 614-638



[1] Aunque el texto de Yurkievich no habla de José Asunción Silva, considero pertinente relacionarlo por 
mismo movimiento y de muy similares experiencias por ser este un poeta de cánones muy cercanos al modernismo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario